martes, 11 de octubre de 2016

De papeles y héroes olvidados

   El año 1928 fue muy interesante en la vida sociocultural zarceña. Entre otras muchas de las actividades que se celebraron, cabe destacar la publicación de la primera monografía, rescatando datos sobre el pasado local. Llevaba por título Zarza la Mayor: Impresiones y recuerdos, siendo sus autores don Antonio del Solar y Taboada, y don Marcelo López de Alba, dos personajes clave de la sociedad zarceña de comienzos del siglo XX: el primero, uno de los grandes propietarios; y el segundo, miembro del clero. Ambos, eruditos locales, el arquetipo intelectual de aquellos tiempos.
    Trabajo de cortas aspiraciones, si bien imbuido del espíritu regeneracionista que tanto éxito tenía entonces. Escaso de crítica, dejándose llevar numerosas veces por antiguos cronicones, valorando más lo etnográfico que lo histórico..., enfin, son varias las particularidades que podríamos exponer acerca de aquel librito. En cualquier caso, una obra que sentó precedente, convirtiéndose en un mito para las generaciones futuras, sobre todo porque hubo de transcurrir un largo periodo de tiempo para ver aparecer en el mercado una nueva referencía bibliográfica. Hasta el año 1996.
    Dejando atrás la revisión del texto y sus formas, sí es destacable que para la redacción del mismo, tuvieron sus autores la oportunidad de consultar documentos que actualmente han desaparecido o cuyo paradero es desconocido. Con el buen tino de transcribir alguno para que formará parte de un curioso Apéndice Documental, tenemos la fortuna de acceder hoy a parte de esos interesantes papeles. Sin duda, el logro principal del tandem Solar/López. Pero no fueron todos los que corrieron aquella loable elección.
    Según lo anterior, es una enorme suerte que, de tiempo en tiempo, un ejemplar solitario de esos olvidados legajos salga a la luz. Merecido premio a una búsqueda intensa. Unas veces custodiado en el rincón más oscuro y apartado del viejo archivo; otras, al final de un estante de biblioteca en continuo desuso; y, curiosamente, las más de las ocasiones, apareciendo en domicilios particulares a dónde, quién sabe cómo y cuando llegaron en su día, abandonando al resto de compañeros.
    A un caso concreto de hallazgo hemos tenido ocasión de ser testigos. Renacimiento. << Esos papeles perdidos >> Documento que se presenta en esta entrada.
    Fechado a 24 de febrero de 1824,  fue transcrito por don Antonio y don Marcelo, insertándolo en el Apéndice nº 3 del libro referenciado, pp. 93-94.
    Memorial firmado por varios zarceños, la gran mayoría solteros, quienes habían participado como soldados en la Guerra de la Independencia, formando parte de los batallones de voluntarios que lucharon contra el invasor francés.
   Finalizada la contienda, algunos años después se quiso premiar a aquellos esforzados patriotas, asegurándoles el poder adquirir tierras que, hasta entonces, habían pertenecido al común de la villa.
   El hambre de terrenos agrícolas era ya una realidad muy evidente por aquellos años de comienzos del siglo XIX, así que la oportunidad que brindaba el Estado a los militares veteranos, fue rápidamente aprovechada por éstos, aparte de otro numeroso grupo de vecinos, que también tenían derecho al reparto.
   Los terrenos que se sacaron a sorteo fueron, principalmente, los que se hallaban en la zona llamaba El Barrero, así como un pedazo de tierra concejil labrantía cercano al popular paraje de la Cruz de Salvatierra.
   Como indica el documento, gracias a las firmas estampadas, conocemos los nombres de muchos de aquellos zarceños que lograron sus propósitos. Apellidos que, en buena parte, aún se conservan actualmente; en cambio otros han desaparecido.
   Removiendo papeles y cotejando unos con otros, hemos conseguido identificar a casi todos ellos, poniéndolos en relación, siguiendo la genealogía, con familias que hoy residen en Zarza la Mayor.
   La fotografía refleja el trabajo investigador realizado. Nos ofrece copia del documento transcrito. Pero también incluye imagen del original.
   Y, para los curiosos, en cuanto a los nombres, aquí van tan sólo algunos, debidamente comprobados y con su grafía completa. Quizás haya quien se reconozca.

  Cosme Victorio Damián Soto Cotanda; Antonio de Quiroga y Soler; Higinio Montero Gutiérrez; Juan José Méndez Morán; Pedro Elías Prieto Carretero; Valeriano Blas Caro Pérez; Tomás José Moreno Hernández; Casimiro Benigno Alfonso Caldera; Eugenio José Pérez Dotor “el Colombo”; Juan Bofill y Bofill.
 
 

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