martes, 2 de febrero de 2016

La nobleza de las piedras

            Prácticamente han pasado desapercibidos ante la monótona mirada de los vecinos; e incluso la de esos curiosos visitantes que escudriñan con atención cualquier detalle de los que, por norma, suelen escaparse al resto de profanos.
            Los escudos que aún se conservan en las fachadas de un numeroso grupo de edificios, son un tesoro patrimonial muy interesante, descubriendo la variedad y riqueza del pasado histórico zarceño.
            Aquí, en este breve artículo, se recogen, únicamente, algunos de esos blasones. Quedan por incluir los que, en su día, representaron a familias de rancio abolengo, como Alemán, Hurtado, Andrade, Agudelo... Hoy, por infortunio, desaparecidos, pero todavía recordados.
            Desde luego, en la nómina de piedra también dejamos hueco para la insignia Municipal, por cierto, de reciente aprobación, sustituyendo a otra pieza que, curiosamente, tampoco hizo honor al fundacional de la villa, del que ya ni memoria queda.
            En cualquier caso, entre todos sumaron un conjunto heráldico que llegó alcanzar la veintena de ejemplares.
            Lamentablemente, como se puede apreciar en la imagen que acompaña al final del texto, la mayoría están muy borrados en la actualidad. No se destacan sus rasgos y elementos originales. En unos el discurrir del tiempo fue causa de tal deterioro; pero, en otros, la mano del hombre provocó pérdidas irreparables en sus nobles formas.
            Ojala, con esta semblanza heráldica, podamos contribuir, sino a recuperarlos, sí, al menos, para que no continúen ocultos en el olvido, esperando que, algún día, vuelvan a dar lustre a los edificios dónde antaño lucieron.
            Conozcámoslos en más detalle.
1.            Fachada de la ermita de San Juan Apóstol: águila, rodeada del cordón de San Francisco. El ave era emblema central en el escudo de la familia Sande, uno de cuyos miembros mandó construir el eremitorio citado, dejando el sello de su patronazgo en el blasón. Por cierto, quien así lo ordenó se llamaba, como no podía ser de otro modo, Juan.
2.            Casa-solar de la familia SANDE. Edificio anexo a la capilla mencionada. El águila vuelve a aparecer como figura esencial. Fueron los Sande zarceños el linaje más emblemático. Este blasón, representativo de su papel oligárquico, fue tallado, al igual que el del eremitorio adjunto, a finales del siglo XVII.
3.            Fachada de la Real Fábrica de Sedas, sede para la Real Compañía de Comercio y Fábricas de Extremadura, creada el año 1749 a iniciativa de un grupo de comerciantes zarceños, y con patrocinio de la corona española. Por este motivo el escudo Real campea sobre la puerta primera de semejante construcción. En la fachada posterior del edificio, luce otro armorial similar.
4.            Casa-solar de los BORRELLAS, engrandecida con el escudo de uno de sus miembros más destacados, Bartolomé Hernández Borrellas, quien recibiera título de Inquisidor. Regente que fue de un importantísimo legado patrimonial, heredado de sus mayores; pero, también, como era costumbre, por vía de su matrimonio con María de Sande Sánchez “la Prieta”, de noble estirpe local. Unión de sangre azul en tiempos de guerras.
5.            Casa-solar de la familia MONTERO, apellido común en Zarza la Mayor, una de cuyas ramas con mayor solera engendro a nobles varones, poseedores de tierras, ganados, casas y otros bienes en término zarceño, e incluso más allá de los límites comarcales. Valentía militar aportada por el célebre capitán Polán. Carabina y espada.
6.            Casa-solar de Diego Morán González, más conocido entre sus vecinos como Diego Morán Jérez Zango “el Menor”, para diferenciarlo de su progenitor. El hijo heredó el mayorazgo de su ascendencia paterna, añadiéndole el título de alcalde y, por si fuera poco, también el de Familiar de la Santa Inquisición. Los MORAN, desde siempre presentes.
7.            Escudo Municipal, ya abolido, pero conservando el elemento preferencial que simboliza la génesis del pueblo: una zarza ardiendo, acompañada por sendas cruces de la Orden de Alcántara. Aquí, en la piedra, todo es historia grande.
8.            Casa-solar de Diego Morán Jérez “el Mayor, cabeza de comerciantes zarceños, e impulsor, junto con otros, de ilusionante proyecto fabril para la manufacturación de la seda. El sonido del dinero le aupó a la élite. Y dejo su firma en el granito cincelado.
9.            Casa-solar de los CACERES, ostentando el blasón que ordenara labrar Andrés Hernández de Cáceres y Obregón. Curiosamente, este escudo ya no es visible, pues los actuales dueños del edificio lo retiraron de su ubicación original. Un tesoro más que se pierde.
10.        Palacio de la Encomienda, con sus tres emblemas principales. En medio, el único que conserva su factura originaria: el escudo Real. Y una ilustrativa leyenda <<…Hiçose esta obra siendo maestro della Manuel Galavis…>>, alusión al laborioso albañil que, recién inaugurado el siglo XVII, reformó el viejo solar que en otras épocas  fuera propiedad de la Orden de Alcántara. Los blasones que respaldan dejaron ver símbolos del Pereiro y un recogido Ave María.
11.    Tiara religiosa, en la casa que antaño perteneciera a un ilustre miembro de la oligarquía eclesiástica local, cofrade que fue de la Santa Hermandad de San Pedro. Nos referimos al presbitero Calvo. Eminencia literaria y religiosa del Siglo de Oro zarceño.